martes, septiembre 25, 2012

ALMOINA


      Paseando por Valentia
                  ¿Quién no recuerda esas ruinas descuidadas encontradas tras la plaza de la Virgen? Se trata ya tan solo de un recuerdo pues desde 2007 podemos disfrutar del Centro Arqueológico de la Almoina, llamado así por el edificio que se encontraba en esa misma plaza hace unos 700 años donde la gente más necesitada acudía a pedir limosna (almoina en valenciano). Este museo recoge las ruinas encontradas en la zona y se ha creado un discurso didáctico con reconstrucciones audiovisuales que permiten entender a la perfección los orígenes de Valencia, o mejor debería decir Valentia.
Centro Arqueológico de la Almoina visto desde la Basílica de la Virgen.
Plaza Junio Bruto.

                  Valentia es el nombre que recibe, en el año 138 a. C la pequeña isla donde se establecen los soldados retirados de la guerra lusitana. Poco a poco, la ciudad va desarrollándose y de este periodo republicano podemos encontrar las termas de la ciudad, el horreum o almacén y el foro de la ciudad, es decir, la plaza pública más importante que hoy día coincide con la actual Plaza de La Virgen.
    Es importante saber que en este centro no sólo se han localizado restos del periodo republicano. En el año 75 a. C se produjo una guerra civil tras las decisiones tomadas desde Roma por el emperador Sila. Sertorio defendió las ideas de Hispania contra Pompeyo, general enviado por Sila. Valencia fue destrozada por Pompeyo, quemada tras finalizar la batalla y abandonada durante 80 años.
    Tras este periodo de abandono la ciudad se funda de nuevo bajo el Imperio romano, siglo I y tras ellos se establecerán en Valencia a partir del siglo IV visigodos, musulmanes ya en el siglo VIII y por último, los cristianos con la conquista de Jaime I en el siglo XIII. En este centro arqueológico vemos restos de todos estos periodos pues el lugar que ocupa hoy L’Almoina ha sido el corazón de la ciudad desde hace más de 2000 años.
                  Podemos pasear por el Cardo (Cardus Maximus) y comprobar de primera mano que “todos lo caminos llevan a Roma” pues se trata de la calle principal de la ciudad por la que llegaríamos hasta la capital de la bota. Podemos imaginarnos cómo disfrutaban del baño en las termas pasando del tepidarium, sala de agua templada, al caldarium donde la temperatura era más alta ¡qué listos!. Podemos también ser senadores y tratar los temas políticos del momento en la Curia o incluso imaginar que preparamos garum en la factoría, una salsa muy popular preparada con vísceras de pescado…buen gusto tenían estos romanos.
                  Así que sólo me queda deciros que disfrutéis de este paseo por la historia.
Texto:Mª José Ruiz
Fotografía:Paco Ruiz

Vistas desde el centro arqueológico. Plaza Junio Bruto.


Alcazar Islámico.
 






Termas republicanas iluminadas por el
lucernario.


Termas republicanas. Distinguimos las diferentes salas como el tepidarium o Caldarium.




Detalle de una de las naves del Horreum, almacén de grano.





Horreum junto a la principal alcantarilla de la ciudad que circulaba
bajo una de las calles principales, el Decumano.




Columnas que rodeaban el foro, la
principal plaza de la ciudad.




Restos de una iglesia visigoda.






Soldado mutilado.




Factoría romana.



Tumba visigoda.










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